domingo, 16 de mayo de 2010

La gama cromática

Para que puedan verse las diferentes sensaciones perceptivas que provocan en el espectador una misma composición abstracta, una vez que se ha terminado la composición acromática, los alumnos deben realizar su versión de tipo cromático.
Con el fin de que comprueben la amplitud de soluciones, les suelo proyectar algunos ejemplos de sus compañeros y compañeras de cursos anteriores, pues es frecuente que pregunten por qué colores comenzar. El consejo que les suelo dar es que piensen en dos tonalidades que les guste para aplicarlas a dos formas colindantes dentro de la composición, pues no es posible hacerse una idea del resultado final del trabajo, dado que nuestra memoria o inteligencia visual no es capaz de pensar en más de tres colores al mismo tiempo; y que una vez se han decantado por dos tonalidades, pueden avanzar con otras formas colindantes con las que han comenzado.
Cierto que hay una teoría de los colores: cálidos, fríos, armonía, contraste, equilibrio, tonalidades fuertes o tonos pastales... pero para mí es importante saber que todos los alumnos, sean chicos o chicas, tienen un gusto intuitivo hacia los colores, de manera que ellos mismos se dan cuenta cuando no armonizan las tonalidades que han seleccionado.
Puesto que las posibilidades cromáticas, en la práctica, son casi ilimitadas, hay alumnos que les da tiempo o desean ofrecer dos soluciones distintas. Esto lo podemos ver en los trabajos que van del 21 al 24. De manera especial, el autor de los dibujos 23 y 24 ha proporcionado dos soluciones cromáticas muy diferenciadas.

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